Comer no era una opción, básicamente te obligaban mientras comías en familia, todo para convivir...y la verdad fui bastante débil, no me resistía a nada...es más, llegué a comer tanto en exceso que solo lo hacía por querer, no porque tuviera hambre en realidad.
Fueron días completos en los que me harté de tamales, dulces y demás, comía hasta que mi estómago terminaba doliéndome por las noches y así llena me acostaba. Fueron atracones horribles de los cuales ahora me arrepiento...
Subí como 902185983249 kilos, ¡de verdad! y aun me falta año nuevo.
Espero poder bajarle un poco en estos días, comer lo menos posible al menos para bajar poquito antes de volver a llenarme en año nuevo... Y en enero será un nuevo comienzo.
Ya sé que todo mundo dice lo mismo en enero y lo abandonan después, pero ese no será mi caso, lo sé.
Por ahora no queda más que sentirme gorda...les juro que no soporto ver mi reflejo en el espejo, tantas lonjas por doquier y la ropa de frío me hace ver el doble de gorda...o quizás solo quiero excusar en ello mi realidad... ¡ES HORRIBLE!
Ya nos veremos después.
Akuma.
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